Soporta, tu respuesta viene en camino

Si, sé que el tiempo que ha pasado ha agotado la poca fe que te quedaba.

Si, sé que has buscado a Dios con todo tu corazón porque anhelas una respuesta.

Si, sé que las cosas se han puesto en tu contra y que no le ves una salida positiva a todo lo que hoy estás enfrentando.

Sin embargo, ¡Soporta!, ¡No te rindas!, ¡Sigue esperando! Porque:

¡Tú respuesta viene en camino!

Y es que, en medio del desierto, en medio de la tempestad, en medio del silencio prologando de Dios nuestra fe tiene que mantenerse firme, porque Dios no olvida a los que en Él confían.

Tú respuesta viene en camino porque Dios está trabajando en ella, porque Él tiene un tiempo perfecto estipulado para responder, porque Él es Todopoderoso, es decir que nada le es imposible.

¡No te rindas!, no quieras rendirte ahora que tu respuesta viene en camino, no quieras dejar todo ahora que tu respuesta está más cerca que nunca. ¡Soporta!, si, soporta todo lo que hoy estés enfrentando, porque Dios te dará la capacidad para que salgas victorioso.

Soporta, porque si hoy estás llorando, mañana estarás sonriendo al ver las respuestas maravillosas que Dios tenía para ti.

Soporta, porque cada respuesta de Dios vale la pena el tiempo de espera, pues cuando las recibimos nos damos cuenta que cada segundo de espera valió la pena, pues sus respuestas siempre son mejores de lo que habíamos imaginado.

Soporta, porque tu fe no será quebrantada por el tiempo de espera ni por los obstáculos que tengas de frente, porque tú eres un hijo de Dios o una hija de Dios que ha decidido creerle a su Padre por lo tanto no hay nada ni nadie que pueda detenerte para soportar todo lo que haga falta, pues sabes muy bien que tu respuesta viene en camino.

¡Soporta! ¡Dios está a punto de responder!

 “Oh Dios, a ti dirijo mi oración porque sé que me responderás; inclínate y escucha cuando oro.”

Salmos 17:6 Nueva Traducción Viviente

“Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos.”

Salmos 34:15 Reina-Valera 1960

Escrito por Enrique Monterroza

Para el canal de YouTube “Escucha la voz de Dios”